


Muchos individuos son fácilmente moldeables, ingenuos, si bien el ser humano está potencialmente capacitado para indagar, discriminar y cuestionar las cosas negativas o perjudiciales para sí mismo y para los demás seres. De aquella debilidad se aprovecha la publicidad, utilizada con una mala conciencia para crear tendencias, mentalidades, gustos, necesidades, dejándose a un lado otros alcances suyos como la crítica. Lo que le interesa a las grandes compañías publicitarias es convencer con sus mensajes, aunque se tenga que recurrir a la mentira, y vender cualquier cosa, sin medir las consecuencias de su uso.
Trabajar en publicidad es una gran responsabilidad. Por ello es indispensable que este oficio se desempeñe con conciencia e involucre la verdad.Pero de pronto podría surgir la preocupación entre los publicistas de que la honestidad y la rectitud no aplican en este medio, y sí los excluiría o relegaría del él. La verdad es que los principios de la publicidad, como la sugestión y la creatividad, se pueden poner al servicio de la ecología, la salud, la educación, la cultura. Estas materias son tan importantes para la humanidad que nunca se prescindiría del trabajo de los publicistas.
Por: Srila B.A. Paramadvaiti Swami.
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